Daniel Alexis lleva 8 años en la cárcel siendo inocente, en Tlaxcala

La jueza que lo sentenció ahora es fiscal de Tlaxcala 

Daniel Alexis Molina Díaz fue encarcelado hace ocho años, cuando tenía 20. En la imagen, con sus padres y su hermana.

Por La Jornada

¿Cuántos inocentes están privados de su libertad en las cárceles de México? La pregunta que hace Marisol Díaz Grajales no busca una respuesta. Dice que ya sabemos que hay miles de inocentes tras las rejas. Lo que ella quiere es mostrar el caso de su hijo, Daniel Alexis Molina Díaz, quien siendo inocente ahora es víctima del Poder Judicial, que le fabricó un caso de secuestro y lo sentenció sin prueba alguna a 80 años de prisión.

Fue la jueza Ernestina Carro Roldán –ahora ascendida a fiscal general de Tlaxcala–, a quien se le atribuyen decenas de casos como este, quien lo condenó aun sabiendo que los ministeriales lo obligaron bajo tortura a firmar varias declaraciones autoinculpándose.

Hay miles de casos como el de mi hijo, a diario salen. El Poder Judicial está podrido. La justicia está muy mal impartida. Son miles de inocentes encarcelados, sobre todo gente sin recursos, como nosotros, dice Marisol sin poder contener el llanto.

Desde hace ocho años, Daniel Alexis está preso en el Cereso de La Loma en Tlaxcala, donde ingresó a los 20 años por un delito que no cometió. La fabricación del caso estuvo a cargo de la entonces procuradora, Alicia Fragoso Sánchez, en el gobierno del priísta Mariano González Zarur, del Grupo Especializado Antisecuestros de la Policía de Investigación y los agentes ministeriales, según consta en la denuncia ante la Comisión de Derechos Humanos.

Daniel Alexis fue secuestrado por las autoridades, torturado y obligado a firmar declaraciones que no pudo ni leer; tampoco se le permitió hacer una llamada ni tener un abogado privado. Luego, con las evidentes muestras de tortura, fue sentenciado de manera exprés sin conocer el delito, ni el nombre del niño de 13 años secuestrado y asesinado, Jonathan Martín Sánchez Mendieta.

La tortura

Daniel Alexis estudiaba la preparatoria y trabajaba haciendo la limpieza en un Hospital del Issste, al lado de su casa ubicada en unidad habitacional Felipe Xicoténcatl. El viernes 26 de febrero de 2016, salió a las seis de la mañana y nunca llegó a su destino. A las nueve de la noche, su padre, Eduardo Molina, acudió a la Procuraduría de Justicia de Tlaxcala a denunciar su desaparición, pero le dijeron que esperara 72 horas.

Daniel Alexis cuenta que al salir de su casa se encontró a un muchacho que sacó su celular y empezó a escribir. Al cruzar la calle, se estacionó un Jetta gris con calcomanías de mariposas, se bajaron varios hombres, lo jalaron de los brazos hacia atrás, le taparon la cara con el gorro de su sudadera y lo metieron al coche. Sin poder ver, sintió que primero lo llevaron por carretera y luego entraron a un camino de terracería. Al bajar del vehículo le vendaron los ojos y lo metieron a una casa: quítate la ropa, le dijo uno de los hombres, luego lo acostaron en un colchón plastificado.


Lo primero que hicieron fue lanzarle una cubeta de agua fría: Empiezo a sentir piquetes en mi ombligo y pies; luego me dan toques en mis partes, me pusieron una bolsa de plástico en la cabeza para impedirme respirar, me quemaron los labios con acido.

–¿Dónde está Johny? –le decían. Él les contestaba que no conocía a nadie con ese nombre. Luego de sufrir la tortura durante horas. Lo sentaron en una silla y le pidieron que hiciera sentadillas.

–¡Vístete! –le ordenaron, y lo sacaron de ese lugar y lo subieron en una camioneta con la venda en los ojos. –A ver cual de los dos cabrones se muere primero –dijo uno de los ministeriales, y escuchó la voz de su amigo Daleth Germán Zaínos Juárez, también de 20 años de edad y primo del niño secuestrado.

Fabricación del caso

Vamos a jugar un juego. Aquí les pongo una pistola en medio y el primero que la agarre, le dispara al otro, dijo riéndose uno de los ministeriales. Ambos jóvenes guardaron silencio. Luego llegaron a la procuraduría y les quitaron la venda al bajar, con lo cual vieron que ya había amanecido.

Al entrar al lugar, lo sentaron enfrente de un escritorio. Dame tus generales, le dijo un secretario. Daniel Alexis contestó: primero quiero hablar con mis papás y un abogado. Entonces se acercó el comandante, le pegó en el abdomen y le espetó: “¿quieres que te pase lo que te pasó hace rato? ¿Quieres que le pase a tu mamá también?, y a continuación le mostró la foto de su mamá, le dijo donde trabajaba y le dio la dirección de su casa. –Si cooperas, las cosas van a mejorar, señaló el comandante dándole otro golpe en el estomago. Y le ordenó: firma estas hojas. Daniel Alexis se negó a hacerlo y lo amenazaron con ir por su mamá para hacerle daño.

–Necesito un abogado, insistió Daniel Alexis, y le respondieron. Ese señor que ves atrás con el celular es tu abogado de oficio.

–Oiga, ¿me puede ayudar? –le suplica, y el supuesto abogado de oficio se ríe y sigue viendo su celular. Finalmente, Daniel Alexis firmó varias hojas sin que le permitieran leerlas. Observó que a su amigo Daleth le hacen lo mismo. Luego se lo llevaron a un teléfono y un ministerial indicó: “tienes que decir ‘ya quiero mi dinero’”.

La grabación fue presentada como prueba de que ambos fueron detenidos en flagrancia cometiendo un secuestro que había sucedido un mes antes: “La grabación de Daleth fue fabricada, se escucha donde la señora contesta: regrésame a mi hijo. Y se oye cómo uno de los ministeriales le dice a Daleth: cuelga. Presentaron esa y otras grabaciones y en ninguna de ellas aparece mi hijo”, dice Marisol, su madre.

Flagrancia inverosímil

A los dos días del secuestro y la detención de los jóvenes, la procuraduría estatal publicó sus fotos y un boletín que señala que gracias a un operativo táctico, la policía capturó en flagrancia a dos sujetos que confesaron el secuestro y el asesinato del niño que fue plagiado desde el 25 de enero: la confianza depositada en esta dependencia de procurar justicia permitió que la madre del niño asesinado (Socorro Mendieta González) interpusiera la denuncia ante el Ministerio Público.

Fue así, dicen, como el Grupo Especializado Antisecuestros de la Policía de Investigación trazó diferentes líneas indagatorias y para ello contó con el apoyo de la Agencia de Investigación Criminal, adscrita a la Procuraduría General de la República (PGR). En el boletín, señalan que los ministeriales fueron informados de que el 26 de febrero, ambos sospechosos efectuarían una llamada para cobrar el rescate.

Añaden: por lo anterior, los detectives montaron un operativo táctico la mañana de la fecha marcada en el acceso a la unidad habitacional Felipe Xicoténcatl, en la capital de la entidad, específicamente en una caseta telefónica, ya que de acuerdo con las pesquisas, ahí era el punto donde realizarían la llamada. Poco después, observaron a dos sujetos que se acercaron el telefónico público, al tiempo que la madre recibió la llamada de los plagiarios. Ante esta situación, los oficiales de la Policía de Investigación capturaron en flagrancia a Daleth Germán Zaínos Juárez y a Daniel Alexis Molina Díaz, ambos de 20 años de edad.

Explican que fueron puestos a disposición del representante social por secuestro agravado y que ambos confesaron inmediatamente sus crímenes, por lo que purgarán hasta 100 años de condena: Zaínos Juárez confesó haber privado de la libertad a su propio primo, en complicidad con Molina Díaz, cuando el menor salió de la escuela, además de que el mismo día del plagio asesinaron a la víctima y abandonaron el cadáver en un terreno ubicado en la colonia La Joya.

Mentiras y mentiras

El caso de Daniel Alexis es un claro ejemplo de la fabricación de delitos orquestada por algunas fiscalías: hay testigos que afirman que días antes, en el lugar donde dicen que encontraron el cuerpo del niño vieron llegar una camioneta del servicio forense, recuerda Marisol.

El día que raptaron al menor, mi hijo fue a hacer el trámite de su cartilla militar. Él tiene el comprobante del banco y se fue a la zona militar donde llevan bitácora con hora. Mi hijo tiene pruebas de que nunca participó en ese secuestro, pero la jueza Ernestina Carro Roldán dijo que las pruebas no aportaban nada y lo declaró culpable.

Comenta que el menor secuestrado y asesinado tiene una tía trabajando en un juzgado: cuando presentaron a mi hijo diciendo que era culpable de un delito que no cometió, a nosotros no nos dejaron acercarnos, mientras toda la familia del niño estuvo ahí tomando fotos y videos. Es una cadena de favores entre ellos. La que mueve todo es la tía que trabaja desde hace años en el juzgado familiar y conoce a todos los de la fiscalía.

La abogada del caso, Johana Espejel Sarmiento, comenta en entrevista que el Protocolo de Estambul practicado por la Comisión Estatal de Derechos Humanos salió positivo e hicieron una recomendación al gobierno para que absuelva, libere y pida perdón al joven, pero la gobernadora Lorena Cuéllar Cisneros no la ha atendido.

“Se promovió apelación de la sentencia de 80 años. Luego del amparo que la revocó, se le pidió al tribunal que ordenara al juzgado que cambie esa sentencia y que lleven a cabo el Protocolo de Estambul, mismo que ya realizaron y estamos esperando desde hace un mes el resultado.

Estamos ante la simulación de delitos de la fiscalía, fabricaron del caso. Es muy común en Tlaxcala, de siempre. Hay mucha gente que está privada de la libertad por delitos que no cometió. Afortunadamente, los peritos del tribunal no son los de la procuraduría que lo torturaron. Tenemos esperanza de que salga libre.

Llorando, Marisol cuenta que Daniel Alexis sufre una larga depresión y hace unos meses intentó quitarse la vida: yo no quiero sacar a mi hijo en un cajón. Sólo quiero que lo liberen para que siga con su vida. Le va a costar mucho, porque son ocho años de infierno. Ocho años encerrado sin haber hecho nada.

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