Presentar cansancio, venas reticulares conocidas como arañas, inflamación por las tardes o pigmentación en la piel, son algunos síntomas.
Permanecer mucho tiempo sentados o de pie, tener sobrepeso u obesidad, y en algunos casos, el factor genético, con prevalencia en mujeres, son las principales causas que condicionan el desarrollo de várices (irregularidades y abultamientos que sugieren venas varicosas).
Así lo informó la coordinadora de Servicios de Prevención y Promoción de la Salud para Trabajadores IMSS (SPPTIMSS) en Tlaxcala, doctora Nancy Karina García Herrera, quien indicó que además de dilatarlas provocan insuficiencia de las válvulas que se encuentran en su interior
Explicó que las várices son la presencia de telangiectasias (arañas vasculares) y venas reticulares, que son signos tempranos, cuyo origen es una disfunción valvular por retraso en el flujo sanguíneo hacia el corazón y se distinguen fácilmente, al observarse una hiperpigmentación, irregularidades y abultamientos en los vasos sanguíneos de los miembros pélvicos.
Otros factores de riesgo además de la carga genética por antecedentes familiares son la edad, embarazo y cambios hormonales, de ahí que las mujeres sean la población más vulnerable para padecer las venas varicosas.
La doctora García Herrera resaltó que la edad más frecuente en la que aparecen es entre los 30 y 60 años. Sin embargo, los hombres también son susceptibles de padecer la enfermedad venosa por factores genéticos o por su actividad diaria.
“Las piernas son el sitio en donde aparecen con mayor frecuencia, dado que el trayecto que la sangre debe recorrer desde este sitio hasta el corazón es más prolongado y al permanecer mucho tiempo de pie o sentado, la sangre avanza con lentitud, lo que entorpece el funcionamiento de las válvulas venosas y dilata las venas”, subrayó la especialista.
Indicó que en la actualidad el sedentarismo y la obesidad ha incrementado problemas de salud en la población, de ahí la importancia de retomar estilos de vida saludable, por lo que se recomienda realizar actividades como natación, ciclismo o caminata; ejercicios más benéficos para contrarrestar el padecimiento, pero si no es posible, puede iniciar al caminar de 10 o 15 minutos cada dos o tres horas, cuando se realizan actividades prolongadas en posición sentada o de pie.
Este padecimiento no tiene cura, pero se puede atender para tener una mejor calidad de vida y evitar complicaciones como la presencia de úlceras, que pueden generar sangrados persistentes, dermatitis, eczema o incluso trombosis.
Los principales síntomas del padecimiento son presentar dolor con sensación de pesadez, cansancio, prurito e inflamación a nivel de la parte lateral del tobillo, presencia de venas varicosas en las piernas, venas reticulares conocidas como arañas vasculares, inflamación por las tardes, pigmentación en la piel, úlceras en las piernas o ya cicatrizadas, por lo que al detectar estos signos deben acudir a la Unidad de Médica Familiar (UMF) para una valoración inicial.
Cuando los síntomas no mejoran a pesar de las indicaciones higiénico-dietéticas, se debe iniciar con tratamiento farmacológico, solo en los casos severos con altas posibilidades de complicaciones serán derivados al especialista en Angiología, quien valorara realizar un tratamiento quirúrgico en los casos que no se tenga respuesta terapéutica.