Ahora desde el aire regresa la vida a ecosistemas impactados por incendios, en zonas montañosas, inhóspitas y de difícil acceso en México.
Cápsulas de arcilla, lodo, humus de lombriz y semillas de pino, que vuelan por los aires para restaurar los bosques del país, tan necesarios para la captación del agua de lluvia y la recarga de los mantos acuíferos, en momentos en que vivimos una de las peores sequías de la historia.
Se trata del proyecto de reforestación aérea “Siembra Extrema”, que al mando del capitán Gabriel Wertman y su avioneta Cessna 210, logró dispersar un millón de semillas en 100 hectáreas de los ejidos La Mesa y La Palma, en el municipio de Tlaxco,Tlaxcala.
“Es un evento de cierre de la reforestación aérea más grande que se haya hecho en México, liberamos un millón de semillas de tres tipos de pino en 100 hectáreas de bosque incendiado en Tlaxcala”, explicó.
Las cápsulas con semillas de pinos endémicos de la región, elaboradas por los propios habitantes de las localidades, caen sobre el terreno después de ser lanzadas a mil pies de altura, poco más de 304 metros, para echar raíces y comenzar a germinar.
“Como trae arcilla es totalmente sólida, lo que pasa es que cae a la tierra y se incrusta en la tierra y eso te protege de la fauna y también permite que empiece a germinar y que eche raíz", detalló el joven piloto aviador.
La técnica utilizada para la reforestación aérea fue introducida al mundo de la aviación en México, por el capitán José Antonio Camacho, que desde 2019 reforesta la selva chiapaneca, pero que ahora llega por primera vez al centro del país, con el apoyo técnico de Pronatura y las autoridades de medio ambiente municipales y estatales.
“La efectividad aquí es de alrededor del 20 por ciento, nosotros tratamos de que sea aún mayor, reforestando antes y al principio de la temporada de lluvia, para que durante la temporada de lluvia tenga la oportunidad de germinar estas semillas”, comentó Gabriel Wertman.
En costos, la reforestación aérea representa apenas el 10 por ciento de los recursos que se necesitan para una siembra tradicional, a pie y de forma manual.
“Lo bueno de esto es que nosotros podemos dispersar un millón de semillas en cinco días, lo hicimos en cinco días y siete vuelos; una reforestación tradicional, que no se hubiera podido haber hecho en este lugar por la zona de difícil acceso, pero una equivalente, hubiera tardado más de tres meses con 30 personas trabajando todos los días”, indicó el capitán Wertman.
La “Siembra Extrema”, se logró gracias al apoyo de patrocinadores preocupados por el medio ambiente, que hicieron aportaciones en dinero y en especie para poder realizar el proyecto en Tlaxcala.
“Oris desde hace más de 20 años colabora con causas medioambientales, ya sea a través de cuidado y protección de determinadas especies, ya sea a través de fomentar el cuidado de los mares y los océanos con diferentes relojes, donde involucramos justamente hacia esta causa, y últimamente bueno traemos este programa que es muy importante en la empresa”, destacó Alberto Rodríguez, director de Relojes Oris para México y Latinoamérica.