“Para nosotros es normal (que el volcán Popocatépetl registre explosiones con lanzamiento de lava) y no veo tanta ceniza”, dice Jairo Leonel, quien se casó el sábado 20 de mayo con Maribel en la pequeña iglesia de Santiago Xalitzintla.
Esta comunidad se ubica a menos de 12 kilómetros del cráter y aunque es la más cercana, sus habitantes no se espantan fácilmente pues dicen que no están dispuestos a suspender sus planes por la actividad intensa que mantiene el coloso.
El día después de que registrara una “erupción estromboliana” que incluyó lanzamiento de bombas de lava, gases y ceniza, Expansión Política recorrió esta localidad y otras aledañas y dio cuenta que, para los campesinos fue un día más.
“ Nada más salimos anoche (viernes 18 de mayo) a observar el fuego, pero ya, nos fuimos a dormir tranquilos, qué más podemos hacer”, recordó Elia, mamá de la madrina de bodas, mientras sostenía los cojines que fueron ocupados durante la ceremonia religiosa.
Casi a la par que sesionaba el Comité Científico del Centro Nacional para la Prevención de Desastres Naturales (Cenapred) para tomar una decisión entorno a la actividad del Popocatépetl, en el atrio de la iglesia lanzaban dulces como parte de las tradiciones.
Con música de mariachi de fondo, Jairo Leonel y Maribel fueron avanzando hacia la casa de los novios con sus invitados para una comida al aire libre. Solo una pequeña lona blanca cubría una parte del patio donde se sirvió mole.
“ A nosotros no nos hace nada el volcán. Lo cuidamos y nos cuida, solo Dios sabe por qué nos tocó vivir aquí, pero no le tenemos miedo”, dijo otra mujer de la tercera edad, invitada de esta fiesta.
El semáforo se mantiene en Amarillo Fase dos, que implica estar prevenidos, pero no una evacuación.
Las autoridades de Puebla y personal de Protección Civil del gobierno federal planean un recorrido en las rutas de acceso el lunes 22 de mayo. Después de esa acción, se informará en una rueda de prensa las acciones a seguir.
“Mi hija me llamó espantada, pero no me quise salir”
A pocas cuadras de donde se realizaba la boda de Jairo Daniel y Maribel, pasó Justina con su hermana Juana, ambas mujeres de la tercera edad.
En entrevista, Justina, de 68 años, narró que anoche una de sus hijas que vive en la ciudad de Puebla le habló para pedirle que contratara un taxi y se saliera de la comunidad porque veía en la televisión y en redes sociales que el volcán estaba lanzando mucho material incandescente.
“ Ya estamos acostumbrados, nada más oímos que truena, hasta los vidrios de las ventanas truenan, pero cuando sea la evacuación sí nos vamos. Ya tengo mis papeles listos, mis hijos me han llamado para decirme cómo y los tengo listos”, explicó Justina.
A ella ya le tocaron las dos erupciones anteriores del volcán. En el año 2000, contó, fue de las últimas en irse por sus animalitos, no los quería dejar.
Su hermana Juana sí reconoce que le da miedo cada que ruge el también llamado ‘Don Goyo’. “¿Pero qué podemos hacer?, aquí nos tocó vivir”, comentó.
Al igual que otros habitantes con los que pudo platicar Expansión Política, Justina cree que el Popocatépetl “está enojado” porque no le pudieron llevar regalos este año como acostumbran cada 12 de marzo, el Día de San Gregorio.
“ Solamente fueron a dejar las cosas a una lomita, y eso es lo que lo tiene un inconforme”, aseguró entre su creencia.
La música de viento, el mole con pavo, la fruta, y hasta el traje gris que le prepararon para esa ocasión no pudo llegar hasta el “ombligo” como le conocen, ya que debido a recomendaciones de Protección Civil estatal, no se pudieron acercar más.
Justina, Juana y hasta las autoridades auxiliares de Santiago Xalitzintla que conforman una mayordomía para festejar al volcán, están analizando pedir un permiso a las autoridades locales para poder ir a “calmarlo”, pues entre su fe a él, creen que eso es lo que demanda.