Elisa Márquez
Sin duda alguna, quien habla de seguridad tiene garantizados los reflectores, ahora cualquiera opinar y dar cifras, otros, van más allá valiéndose de su cargo político, y asesorados por no sé quién, suben a la tribuna del Congreso, pulcros, donde actualmente ya pueden lucir trajes de vestir que van arriba de los 50 mil pesos, pues el salario de un diputado permite pagar eso, entre otros lujos.
Tal parece que su nueva vestimenta les proporciona una falsa seguridad en sí mismos, saben que ese es su momento y deben explotarlo, no importa que al final les den vuelta, su objetivo se basa en el protagonismo y continuar haciendo política sin nada extraordinario que ofrecer.
Por ejemplo, no vamos lejos, Juan Manuel Cambrón Soria quien reúne las características descritas antes mencionadas, solicitó por segunda ocasión, la comparecencia en el Congreso de la procuradora de Justicia en el Estado, Ernestina Carro Roldán. Sus argumentos fueron la preocupación por falta de resultados y la nula transparencia según él, que se vive en materia de seguridad.
En su afán por llevar a determinados funcionarios para que él luzca como la persona que mejor cuestiona los resultados, termina por exhibir su pobre conocimiento en muchas ramas, no dudo que el diputado lea, sea un hombre instruido y preparado, pero querer mostrar que es el sabelotodo en diversas áreas sólo demuestra que desea permanecer en la política en otro cargo, darle continuidad a su carrera a costa de lo que sea.
En algunos eventos he visto a la actual titular que no me parece protagonista, todo lo contrario, es mesurada y sabe de los temas cuestionados por periodistas, sustenta toda una trayectoria en el ámbito jurídico, Cambrón Soria deberá estudiar día y noche antes de la “comparecencia” que impulsa, para tratar de darle vuelta a una persona que muchos años de su vida ha ejercido el Derecho y no creo que él pueda con el cúmulo de conocimientos de quien pretende cuestionar.
El protagonismo se huele, se detecta a kilómetros, recuerdo la portada que le hicieron al diputado en una revista de sociales local, edición “Papás 2020”, emulando la misma pose de intelectuales y politólogos estadounidenses y europeos, con los brazos cruzados cuyo significado es mostrar seguridad y como marco, una biblioteca dónde lucen sus libros.
En ese entonces lucía en mangas de camisa color azul dos años después, su imagen y actitudes son diferentes pero iguales a otros, querer destacar y protagonizar a costa de otros, lo malo es que no sabe de los temas por más que use términos del ámbito jurídico en las entrevistas que ofrece…yo, no le creo.