A pesar de que recibió las primeras atenciones por parte de los paramédicos de ese municipio, sólo constataron la carente de signos vitales y huellas de envenenamiento pues de su boca salía espuma.
Lo anterior motivó que policías municipales acordonaran la escena y dieran parte a la Procuraduría General de Justicia del Estado.
Más tarde, peritos de campo y el Servicio Médico Forense conocieron el suceso y encontraron un pequeño recipiente que contenía veneno para ratas.
El cadáver fue trasladado al anfiteatro en la ciudad de Tlaxcala, para el estudio post-mortem.
El fallecido se encuentra en calidad de desconocido y vestía pantalón azul y playera roja.