Elisa Márquez
Todos los días el país cambia, se transforma, la evolución es constante, Tlaxcala no es la excepción.
El estado se encuentra en una etapa de proyección, de impulsar todo lo bueno que tenemos a nuestro alrededor y emplear los recursos que se tienen en beneficio de la ciudadanía.
No hay marcha atrás, todo es hacia adelante, positivo, la gente lo percibe con los diversos programas que han sido implementados desde que Lorena Cuéllar asumió la responsabilidad de conducir el destino de nuestra entidad federativa.
En este periplo nada es perfecto, existen problemas, obstáculos que ciertos grupos magnifican, cuando en otras administraciones eran graves, insalvables y ahí nadie señalaba ¿Por qué? Por el sólo hecho de cuidar sus intereses, sin importarles el núcleo de la sociedad: el crecimiento y desarrollo de una familia.
También existían reclamos, pero fueron acallados para que se mostrara "paz y armonía", cuando no era así, abandonaron al sector más vulnerable y lo dejaron a su suerte, desprotegido y con una crisis sanitaria.
Ahora Tlaxcala brilla de muchas formas, en varios sectores que no veían crecimiento, el turismo detonó de forma importante, los productores del campo tienen apoyo para sus cosechas, existe abasto en medicamentos y mejores hospitales, insumos gratuitos en el sector del bienestar.
Continuamos como uno de las más seguras del país, aun cuando ciertos grupos magnifican determinados eventos que en otras ocasiones ocurrieron y con fatales consecuencias, y ahí si…nadie se pronunciaba, algunas personas tienen mala memoria.
Transformar a una entidad no es tarea fácil se requiere de una suma de esfuerzos y de voluntades para que todos los días se coloque un granito de arena y se pueda llevar a cabo todo un Plan Estatal de Desarrollo como el que la gobernadora implementó para el bienestar de los tlaxcaltecas.