La Magistrada Presidenta del Tribunal Superior de Justicia y del Consejo de la Judicatura del Estado (TSJ-CJE), participó en el conversatorio que organizaron los Poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial, denominado “Empoderamiento de la Mujer: retos y desafíos en el siglo XXI”, como parte de los actos conmemorativos al Día Internacional de la Mujer.
En su participación, la Magistrada Presidenta resaltó que los logros que han obtenido en materia de igualdad de género, han sido posibles gracias al liderazgo de mujeres como el de la Gobernadora del Estado, diputadas, académicas, entre muchas otras.
Refirió que en México y en Tlaxcala, se han dado importantes avances en el camino hacia la igualdad de género, entendida como la situación en la cual las mujeres y hombres acceden a las mismas posibilidades y oportunidades, al uso, control y beneficio de bienes, recursos, servicios de la sociedad, como en la toma de las decisiones en todos los ámbitos de la vida social, económica, política, cultural y familiar.
Sin embargo, consideró que la disparidad entre los géneros es el principal obstáculo al que se enfrentan las mujeres, misma que se refleja en la brecha salarial, en el trabajo doméstico y no remunerado que recae principalmente en las mujeres y niñas, la violencia laboral, el hostigamiento y acoso sexual, los estereotipos, prácticas, usos y costumbres discriminatorios que se encuentran presentes tanto en el ámbito público como en el privado.
Manifestó que la igualdad de género parte del reconocimiento de que históricamente las mujeres han sido discriminadas, y es necesario llevar a cabo acciones que eliminen esa desigualdad y acorten las brechas, “el artículo 4º de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, consagra como un principio constitucional la igualdad de género al establecer que hombres y mujeres somos iguales ante la ley, lo que significa que todas las personas, sin distinción alguna, tenemos los mismo derechos y deberes frente al Estado y la sociedad.
Asimismo, dijo que éste principio está plasmado en documentos internacionales, como la Convención de Belem Do Para, así como la Convención sobre la Eliminación de Todas la Formas de Discriminación Contra la Mujer (CEDAW), que es considerada la Carta Internacional de los derechos de la mujer, porque establece un marco legal obligatorio para lograr la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres y las niñas a través de incorporar la perspectiva de género en todas las instituciones, políticas y acciones.
Por ello, se pronunció por generar políticas de igualdad y aceptar que es responsabilidad de toda la ciudadanía generar acciones cotidianas para hacer la diferencia, tales como el uso de lenguaje incluyente, educar a los hijos sin roles, estereotipos y prejuicios por razón de género, denunciar el hostigamiento y el acoso sexual.
Finalmente, afirmó que en la medida en que se logre erradicar la discriminación de género, habrá un verdadero reconocimiento a la dignidad de la mujer y solo entonces, se dará el derecho de las mujeres a una vida digna en la que puedan vivir en igualdad de condiciones y libertades.