El martes por la noche fue clausurado el restaurante-bar "La Terraza" por incumplir medidas sanitarias
José Hernández
“Es un inmueble público, y como todas las concesiones es algo que se puede revocar si no se cumple con ciertos estándares”, apuntó.
A su decir, ese procedimiento nada tiene que ver con las facultades que él tiene como responsable de la Secretaría de Cultura, la cual se dedica exclusivamente a “ver que el patrimonio no esté en peligro”.
“La secretaría de cultura solo puede opinar en la protección del patrimonio, y otro tipo de comentarios alrededor de él, por ejemplo, el giro comercial, los horarios, eso no nos corresponde a nosotros, le corresponde a las autoridades competentes; ahí está protección civil, ahí está Coeprist, ellos tendrán una opinión al respecto. La Secretaría de Cultura tiene como mandato la protección del patrimonio y la difusión de cultura del estado de Tlaxcala”, sostuvo en una entrevista.
Las declaraciones de Martínez Velázquez contradicen el Reglamento Interior del Instituto Tlaxcalteca de la Cultura (ITC), vigente todavía, cuyo texto indica que el Departamento de Red de Museos es responsable “de manera permanente” de las acciones, criterios, mecanismos y procedimientos del Museo de Arte de Tlaxcala, del Museo Nacional del Títere y del Museo Miguel N. Lira.
El artículo 27 estipula que esos tres museos “no podrán ser utilizados por ninguna persona física o moral, dependencia o entidad federal, estatal o municipal, con fines distintos a su objeto o naturaleza, salvo para la realización de actos culturales o cívicos relevantes”.
En caso de permitir un uso distinto, este deberá ser autorizado por el titular del Poder Ejecutivo, el secretario de Educación Pública y el de Cultura, con previa valoración de las medidas de seguridad para salvaguardar el acervo y las instalaciones del museo.
El funcionario arguyó que el antro o restaurante-bar en la azotea del MAT fue aprobado por el INAH, una vez que recibió el proyecto y determinó que no existía riesgo para el patrimonio histórico y cultural, según él, porque en realidad el museo es una “construcción de los años 90”.
“Lo que nos ocupaba era el tema de la parte donde está la cocina, eso se revisó con muchísimo cuidado y con la gente del instituto nacional de antropología e historia para que no hubiera filtraciones, eso se revisó con mucho cuidado y a la gerencia se le hizo firmar una responsiva”, apuntó.