La falta de recursos la detenía a emprender lo que siempre quiso: un pequeño negocio de repostería; ahora, dice, “yo creo que hay más para que pueda seguir creciendo…”
Lucía Parada Aguilar y su familia (esposo, hija e hijo) sosteniendo los postres que hacenLucía Parada Aguilar, beneficiaria del programa de Microcréditos, o Tandas para el Bienestar
“Es un sueño que estoy haciendo realidad”, expresa animada Lucía Parada Aguilar en la cocina de su casa, en el municipio de Huamantla, Tlaxcala. En la mesa expone sus obras de arte más recientes: muéganos huamantlecos y pays de limón y de hoyo que acaba preparar gracias su nuevo horno, adquirido con las Tandas para el Bienestar.
Durante años, Lucía vendió comida o lo que pudiera en la vía pública, pero en su mente siempre estuvo la idea de hacer postres, la falta de recursos la detuvo mucho tiempo.
Cuando conoció el programa de Microcréditos, o Tandas para el Bienestar, se decidió a llevar a la práctica su proyecto, se inscribió y obtuvo el préstamo que le permitió comprar su horno de trabajo.
“Yo creo que hay más para poder seguir creciendo mi negocio y realizar bien este sueño que tengo. A lo mejor ¿Por qué no? Hasta puedo llegar a instalar una pastelería ya en forma, que es uno de mis sueños”.
Lucía afirma que su nuevo negocio lo hizo posible el microcrédito de tandas. “Es una oportunidad que el gobierno nos da, ya depende de uno ser cumplidos o no; en este caso, yo he visto que con este programa sí puede uno crecer”.
Por eso. Añade, “invito a la gente, de verdad, que se inscriba a estos apoyos que el gobierno está dando porque sí son reales, yo se los digo porque ya lo estoy viviendo”.