El sujeto colocó dos bombas de fabricación casera en un par de tiendas y dejó cartas amenazadoras en torres de telefonía
Si es declarado culpable, podría pasar hasta 40 años en prisión. El hombre tiene 76 años.
La policía de Michigan detuvo esta semana a un hombre de 75 años que había colocado bombas de fabricación casera en dos tiendas de teléfonos celulares ubicadas en los distritos de Cheboygan y Sault Ste Marie. Además de los artefactos potencialmente explosivos, el sujeto dejó algunas cartas amenazadoras en torres de telefonía a inicios de septiembre.
El Departamento de Justicia de los Estados Unidos precisó en un comunicado que a las 19:36 horas del pasado 15 de septiembre en una tienda de AT&T encontraron una caja del Servicio Postal envuelta en conta negra y con un cable que salía de ella; tres horas después, hallaron un paquete similar en una tienda de Verizon. La constante, ambos son establecimientos de telefonía celular.
La Unidad de Explosivos del FBI (Federal Bureau of Investigation) recuperó las cajas y las analizó cuidadosamente, para luego determinar que eran artefactos explosivos improvisados (de fabricación casera); respecto de las cartas, las autoridades indicaron que estaban dentro de sobres con lunares de colores, al abrirlas éstas contenían amenazas a los operadores de telecomunicaciones, detalla el comunicado.
¿Por qué querían atacar a las telefónicas?
De acuerdo con el New York Post, las cartas estaban firmadas por una especie de organización llamada Coalition for Moral Telecommunication (CMT) -Coalición por una Telecomunicación Moral-, la cual exigía a las empresas que actualizaran sus software para detener la propagación de la pornografía y otros contenidos vulgares que circulan en la red y en la televisión.
Luego de revisar las cámaras de seguridad, la policía logró identificar a un sospechoso, John Douglas Allen, un minero retirado de 75 años, quien fue detenido una semana después de los hechos; el hombre detrás de las bombas y las cartas había amenazado con dejar más artefactos por todo el país, pues tenía un equipo de 30 personas dispuestas destruir las tiendas de telefonía. Asimismo, exigía al gobierno que le dieran cinco millones de dólares en menos de 180 días para frenar la operación.
Agentes del FBI tuvieron que catear su residencia y entrevistar a su esposa cuando él no se encontraba, la mujer confirmó que su marido era el hombre de los videos y que, en efecto, había sobres con lunares de colores en casa. Luego llegó él y lo confesó todo. Llevaba un año planeando el ataque a las telefónicas.
El anciano está a la espera de su comparecencia, pero el Departamente de Justicia precisó que de ser declarado culpable, podría recibir una pena de hasta 40 años de prisión, pues se le investiga por extorsión (20 años) y por intento de daño o destrucción de edificios, que se castiga con una pena de entre cinco y no más de 20 años.