En 2014 el Gobierno Federal anunció que se remodelaría para poder recibir aviación civil y comercial, pero nunca se concretó
El aeropuerto de Tlaxcala, construido en 1982 y ubicado en el municipio de Atlangatepec, no tuvo el desarrollo esperado, ya que al aviación comercial y privada no mostraron interés por él. El único año en que se registraron movimientos es 1994, con un volumen de apenas 24 operaciones comerciales, desde entonces no se han registrado más movimientos .
El sitio ha pasado de ser el Aeropuerto Nacional de Tlaxcala, a ser la Base Aérea Militar No. 19 y finalmente la Estación Aérea Militar No. 9 debido al poco uso que se le dio en los nombramientos y tiempo anteriores.
En 2014 y 2015 se hizo de conocimiento popular que la estación no.9 se convertiría, además de ser un espacio de uso militar, en uno para uso civil; es decir, que se podrían realizar vuelos civiles en cuento se restauraran los daños en ella.
De acuerdo con el análisis consto eficiencia realizado por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), se pretendía que el Aeropuerto de Atlangatepec del estado de Tlaxcala (AAT) formara parte de la red de Aeropuertos y Servicios Auxiliares (ASA), para lo cual debería ser remodelado con el fin de que contar con las medidas, normatividades y condiciones de operación; es decir estaba en malas condiciones y su vida útil estaba concluyendo.
Las remodelaciones se llevarían a cabo en el área de aterrizaje y despegue, calle de rodaje, rehabilitación de plataformas, instalaciones perimetrales y la habilitación del edificio. La inversión del proyecto llevaba por nombre “Programa de mantenimiento del aeropuerto de Atlangatepec, Tlaxcala” y su costo alcanzaba los $95, 577, 655.96 (Noventa y cinco millones, quinientos setenta y siente mil, seiscientos cincuenta y cinco pesos y noventa y seis centavos, incluyendo las rehabilitaciones antes mencionadas, así como el pago a los trabajadores, el consumo de energía y demás insumos.
Cabe recalcar que, en la conclusión de equipo de la SHCP, se indicaba que era necesaria la remodelación de acuerdo con lo establecido en el acuerdo con los establecido en las normas de la SCT; pero también se recomendaban “opciones de menor costo” para la rehabilitación que se tenía planeada, ya que las condiciones de entonces no eran las más favorables.
El 2016 fue la primera etapa de “adecuación” y hasta entonces estaba bajo supervisión y uso de la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA) y la Fuerza Aérea Mexicana (FAM). Entonces, el exgobernador, Mariano González Zarur, recorrió el lugar acompañado del comandante de la estación y del secretario de obras en turno y afirmaba que, como proyecto de la presidencia de Peña Nieto, el nuevo aeropuerto se convertiría en una oportunidad para colocar a Tlaxcala en el plano nacional e internacional por ofertar vuelos civiles, aumentando su competitividad.
Pero en el año de 2017 la obra entró en controversias, debido a inconformidades con los ejidatarios de la comunidad, pues alegaban que habían sido buscados por la Secretaría de Obras Públicas, Desarrollo Urbano y Vivienda (Secoduvi) para vender sus bienes para poder seguir la remodelación, pero que las ofertas que recibían eran realmente mínimas y de chiste: 25 pesos por metro cuadrado.
Después de casi siete años y de los seis señalamientos de remodelaciones en el lugar, la obra está detenida debido a la necesidad de contar con más terreno y a los conflictos antes mencionados con los ejidatarios del lugar. aunque la dirección general de aeronáutica civil (DGAC) de la Secretaría de comunicación y transportes (SCT), había declarado que la obra no sería frenada sino suspendida, pero que los cambios de gobierno ocasionaron la suspensión total.
En la actualidad el aeropuerto es usado para el servicio militar, como lo era antes de que se planteara el proyecto; y el dinero invertido en lo que decían era más del 40% de los avances de rehabilitación se ha perdido, pues conforme avanza el tiempo avanzan los deterioros y podría ser que en un futuro ese espacio y esas estructuras sean inútiles para su propósito, olvidando lo que alguna vez de dijo sería avance infraestructural, económico y turístico para la entidad.