Personal encargado de revisar casos en instituciones mexicanas de salud, están alarmadas.
Sí, viene lo peor de la pandemia de COVID-19 para México. Las señales son aterradoras. Tanto como las que ya se vivieron en otras partes del mundo, como Nueva York, en Estados Unidos, e Italia.
Personal encargado de revisar casos en instituciones mexicanas de salud, están alarmadas. Ya ni siquiera por la cantidad de pacientes que día a día se reciben en los nosocomios. Su alarma es porque la gente está empezando a abandonar a sus muertos. No los reclaman.
Ya ocurrió en Tijuana: los cuerpos están siendo abandonados en el Servicio Médico Forense, las morgues están saturadas. El alcalde Arturo González Cruz busca acuerdos con la Secretaría de Salud federal para saber qué hacer con esos cadáveres sin reclamar.
Dentro de poco, nos dicen, no habrá ni bolsas dónde meter a esos cadáveres, olvidados desde que son ingresados con diagnóstico de coronavirus o “neumonía atípica” (donde está la cifra negra). Es el inicio de una agonía solitaria: dejan de ver a sus familiares e incluso rostros humanos, porque los profesionales que los atienden se les presentan con trajes herméticos, cubrebocas y caretas protectoras que apenas dejan ver sus ojos.
Estiman que 10% de los cuerpos no se han reclamado. Y la cifra va en aumento y las autoridades sanitarias habrán de definir qué se hará con ellos. Lo óptimo serían fosas comunes, como hizo Nueva York en la isla Hart.
Pero hasta en eso hay dudas.
Cambio en los hábitos de consumo informativo y de entretenimiento está dejando la pandemia del COVID-19: la televisión abierta repunta en las preferencias de la ciudadanía, a diferencia de lo que había venido ocurriendo en los últimos años, en los cuales los medios digitales se habían colocado en la cumbre en los hábitos de consumo.
Son dos televisoras las que ganan terreno: las más recientes cifras de Comscore indican que, en marzo, El Heraldo TV captó 14 millones 920 mil usuarios únicos, y Televisa, de Emilio Emilio Azcárraga, 11 millones 665 mil, además de que sus programas ocupan todos los lugares del top ten de los más vistos. Sólo su noticiario estelar “En Punto”, que conduce Denise Maerker, alcanzó una audiencia de tres millones de televidentes.
Muestra de que en emergencias como la que se vive, la televisión está siendo el medio más cercano, inmediato y confiable para las audiencias, que han decidido quedarse en casa con El Heraldo y Televisa.
Camino sin obstáculos puso la cuatroté a la llegada de médicos cubanos, con el pretexto de que en México hay déficit de profesionales de la salud que ayuden a combatir la emergencia sanitaria.
El acuerdo que firmó el pasado viernes el secretario de Salud, Jorge Alcocer, para permitir a las instituciones de salud la contratación de profesionales de la salud, no tiene más fin que traer esas personas, que para el gobierno cubano representan un negocio global de 11 mil millones de dólares anuales.
A principios de abril llegó a México la primera delegación de médicos cubanos. Se dijo que eran 10, pero en la comitiva, de acuerdo con las fotos que circularon, era del al menos dos decenas. Y el viernes, mientras Alcocer estaba firmando su acuerdo para contratarlos, otra delegación isleña aterrizaba en el AICM.
El periodista José Carreño Figueras documentó en este diario, el pasado 10 de abril que por cada médico cubano el país que lo contrata paga mil 500 dólares al mes, de los cuales mil 300 son para el régimen castrista, 150 para el trabajador y 50 para su familia.
Contrasta con lo que ganan, en promedio, los médicos mexicanos: 16 mil pesos.
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EN EL VISOR: No es una ocurrencia de un diputado aquello de expropiar las afores. El Presidente sí va por ellas. Le llamará “rescate”. Y esta semana pretenden otorgarle el control absoluto del presupuesto. Si se consuma, el Legislativo quedará como florero.