A través del Club de Ciencia y Robótica los jóvenes han desarrollado habilidades y vencido barreras de comunicación.
El autismo no es obstáculo para Ángel y Alejandro, alumnos de la telesecundaria “Tlahuicole” de Apizaco, que aprenden a crear videojuegos y tonos musicales para expresar lo que sienten y compartir sus aventuras.
Desde 2012, Marcos Núñez George, director de la Academia Aeroespacial de México (AAM) en Tlaxcala, fundó clubes de ciencia y robótica en escuelas públicas del estado, con resultados trascendentes para la vida de miles de jóvenes que conocen más de ciencia, tecnología y programación.
“Reconocemos al profesor Florentino Domínguez Ordóñez, Secretario de Educación Pública, por impulsar acciones como estas que fortalecen la educación incluyente entre los estudiantes tlaxcaltecas”, refirió.
Explicó que, con la ayuda de un maestro, los estudiantes han logrado vencer las dificultades de comunicación y han adquirido más conocimientos que se reflejan en sus aprendizajes.
“Los clubes han transformado vidas, han sido un escaparate para demostrar que cuando se quiere se puede, cuando hay interés de superación no hay barreras que lo limite”, apuntó.
Si bien el autismo es considerado una enfermedad que causa trastorno agudo del desarrollo que afecta la capacidad de comunicarse y de interactuar socialmente, la explicación de la creación del videojuego genera la socialización y que la comunicación sea más fluida.
Ángel Daniel, es un alumno de la telesecundaria que se considera una persona reservada, tranquila y paciente, pero cuando se trata de crear videojuegos, la emoción, la conducta y la iniciativa son sus principales acompañantes por la travesía de la tecnología y la programación.
“Adapté el juego de Pacman, cada programación que hice tiene un objetivo, tiene mayor movilidad o rebota, no es como el juego clásico, ésta es mi versión; cuando tenía seis años lo jugaba mucho pero había cosas que no me gustaban, de ahí los cambios que hice”, expresó.
Alejandro Esteban, es un joven que muestra inquietud con el desarrollo de aplicaciones musicales, su favorita es “Súper Pat” pues le ha permitido canalizar sus emociones a través de la música y de los ritmos que puede crear mediante diferentes teclados.
“Hay muchos ritmos que se pueden crear, acelerados y difíciles; me gusta mucho tocar y crear tonos musicales porque expreso cómo me siento y lo que me gusta”, dijo.
El uso correcto de las tecnologías de la información, acompañado del compromiso y amor a la docencia, han ayudado a mejorar la calidad de vida de estos jóvenes que han demostrado que la vida siempre brinda oportunidades para desarrollar habilidades y ser una persona que alcance la plenitud.