A nivel nacional 71 por ciento de mexicanos creen que vivir en sus ciudades no es seguro, de acuerdo con la última Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana a cargo del INEGI
Alfredo Gonzalez
De acuerdo con los resultados del vigésimo quinto levantamiento de la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana, realizada por el INEGI en la primera quincena de septiembre de 2019, durante ese mes 71.3 por ciento de la población de 18 años y más consideró que vivir en su ciudad es inseguro.
Para el caso de Tlaxcala capital, el 61 por ciento de sus habitantes siente que vivir en ella es inseguro, casi tres puntos porcentuales más de esa percepción con respecto a junio de este mismo año cuando el porcentaje era de 58.2. No obstante, mientras en septiembre de 2018 el 63.4 por ciento de ciudadanos tenían la percepción negativa, a septiembre de 2019 bajó a 61 por ciento.
Así, las ciudades con mayor porcentaje de personas de 18 años y más que consideraron que vivir en su ciudad es inseguro fueron: Coatzacoalcos, Ecatepec de Morelos, Naucalpan de Juárez, Acapulco de Juárez, Villahermosa y Uruapan, con 94.5, 92.5, 90.1, 88.9, 88.7 y 88.5%, respectivamente.
En contraparte, las ciudades con menor percepción de inseguridad fueron: San Pedro Garza García, Mérida, San Nicolás de los Garza, Saltillo, Los Cabos y Puerto Vallarta, con 20.5, 22.8, 27.9, 32.3, 34.4 y 37.8%, de manera respectiva.
A nivel específico, los lugares donde la población siente mayor inseguridad son los cajeros automáticos localizados en la vía pública con el 80.9 por ciento de los encuestados, 73.2 por ciento en el transporte público, 68.6 por ciento en el banco y 64.2% en las calles que habitualmente usa.
La ENBSU revela que la sensación de inseguridad por temor al delito y las expectativas que tiene la población sobre la seguridad pública se generan por la influencia de diversos factores, como la atestiguación de conductas delictivas o antisociales que ocurren en el entorno donde se desenvuelve la población.
Así mismo, el temor al delito puede hacer cambiar las rutinas o hábitos de la población, así como la percepción que se tiene sobre el desempeño de la policía.