Este 31 de julio podremos disfrutar de la primera Luna Negra desde el año 2016. Quizá no habías escuchado de ella porque no es tan popular como las súperlunas, la roja o la azul, pero aún así se trata de un fenómeno astronómico de gran relevancia pues ocurre con poca frecuencia.
Se le conoce como luna negra al ciclo que por cuestiones de calendario, hace que aparezcan dos lunas nuevas en un mismo mes, es decir: durante un lapso de 31 días, nuestro satélite natural se vuelve invisible a nuestros ojos en dos ocasiones.
Lo que sucede con la luna negra es que a través del ajuste de los días, llega un momento en que iniciamos el mes sin verla brillar en el cielo y al final del periodo esto se repite.
Quizá para este momento estás pensando que una luna nueva no tiene nada de especial, empezando porque ni siquiera podemos verla, pero tiene una ventaja que probablemente no has considerado: cuando la luna no es perceptible, las estrellas destacan aún más de lo normal en el cielo.
Como ya dijimos, la luna negra es un fenómeno poco común que tarda aproximadamente 32 meses antes de volver a presentarse, pero existe algo aún más raro y que recibe el mismo nombre, pero contrario a la que tendremos hoy, esta tiene la característica de que durante el mes de febrero no aparece ninguna luna nueva.