Tener un examen a primera hora del día dejará de ser una pesadilla para los estudiantes y se convertirá en lo mejor que les pueda pasar, gracias a un grupo de científicos japoneses y al delicioso helado.
Comer helado mejora el rendimiento mental, aseguran investigadores
Investigadores de la Universidad de Kyorin descubrieron que incluir en el desayuno este postre es la mejor opción si se desea mejorar la inteligencia.
Yoshihiko Koga, uno de los especialistas que participó en el estudio, señaló que las pruebas realizadas a un grupo de 300 personas revelaron que cuando comían helado por la mañana mejoraba su estado de alerta y rendimiento mental.
Para llegar a esta conclusión, se dividió a los participantes en dos grupos: uno desayunó helado después de despertarse y el otro recibió alimentos distintos. En ambos casos se les dio una serie de ejercicios mentales para completar. Finalmente, se comparó la actividad cerebral de todos.
El grupo que comió helado tuvo mejores tiempos de reacción, pudo procesar mejor la información y también tuvo niveles más altos de ondas alfa, que están vinculados al estado de alerta.
Desayunar helado también mejora el estado de ánimo
Koga repitió la prueba dándole a la gente un vaso de agua fría en lugar de helado, y descubrió que los participantes que habían tomado el helado demostraron niveles mucho más altos de alerta y capacidad mental.
Otro beneficio que descubrieron es que desayunar helado reduce la irritación mental y por ende, favorece un mejor estado de ánimo.
Para obtener estos beneficios, basta con ingerir tres cucharadas de helado, pero debe ser casero o artesanal, pues a diferencia del que se vende en los supermercados, tiene bajos niveles de azúcar, pectina o grasa.
No todos los especialistas están de acuerdo con la investigación
Asimismo, los científicos advirtieron que tomar este “atajo” para ser más inteligente y feliz no debe hacerse de forma recurrente.
Los resultados del estudio no han convencido a especialistas como Katie Barfoot, investigadora doctoral en psicología nutricional de la Universidad de Reading, en Gran Bretaña, quien considera que el incremento en el estado de alerta podría deberse simplemente a consumir o no alimentos durante el desayuno.