Pedro Morales
Una gigantesco Xicohténcatl Axayacatzi con la cabeza de una yegua decapitada en la mano, las cruentas batallas entre españoles y tlaxcaltecas, las armas, los perros mastines, los caballos, las armaduras y la final alianza que se pactó, forman parte del mural que narra parte de la historia del municipio a cargo del muralista, Guillermo Morales Corona.
Esta obra por su realismo merece ser visitada, porque Tzompantepec es un lugar emblemático, donde Hernán Cortés mandó a edificar el templo católico dedicado a San Salvador, en agradecimiento por haber salvado la vida que estaba prácticamente en manos de los guerreros tlaxcaltecas.
Narran las crónicas que en el cerro de Tonacatecuhtli se instaló un cuartel que pertenecía a Hernán Cortés, el 6 de septiembre de 1519 mientras que en el cerro de Ahuashuatepec se encontraban grupos de guerreros totonacas.
Una de las acciones de guerra más importantes se llevó a cabo en Tzompancingo o Tehuacingo, hoy San Salvador Tzompantepec, a unas 6 leguas de Tlaxcala, el 2 de septiembre de 1519.
Apareció ante los españoles un escuadrón de seis mil guerrerostlaxcaltecas con grandes gritos, tambores y trompetas, flechando y tirando varas, hondas y piedras.
Como los españoles habían capturado un día antes a tres tlaxcaltecas, los enviaron a decir que no querían la guerra, sino tenerlos como hermanos.
Al parecerles lo anterior un acto deshonesto, el ejército de Tlaxcala se mostró más reacio y ofensivo.
Sus escuadrones se encontraban muy bien disciplinados y cada uno llevaba su propio capitán y su estandarte de guerra.
El ejército tlaxcalteca a cuya cabeza se encontraba el joven Xicohténcatl, hijo del viejo cacique de Tizatlán, causó muchos muertos y heridos a los españoles, ya que los conducían por tierras en las cuales los caballos no podían pasar, de esta forma los detenían perfectamente para atacarlos.
Sin embargo, con el tiempo los tlaxcaltecas estaban llenos de terror y curiosidad por las armas de fuego, explosivos y caballos.
En medio de la batalla, dieron muerte a la yegua de un conquistador llamado Pedro Morón, debido a una serie de graves heridas.
Se llevaron el cadáver de este animal, lo hicieron pedazos para mostrarlo a los pueblos de Tlaxcala, ofrecieron entonces a sus ídolos las herraduras del animal y un sombrero flamenco.
En la batalla de Tzompancingo, ambos ejércitos se comportaron con gran valentía; sin embargo la superioridad de las armas españolas acabó por vencer la superioridad numérica de los tlaxcaltecas, aunque finalmente ambos bandos sufrieron considerables bajas.
Cabe destacar que una táctica que tenían los tlaxcaltecas en las batallas era que cualquier indio herido o muerto era inmediatamente retirado del campo de batalla, de tal suerte que para el enemigo resultaba difícil calcular el daño real que habían hecho.
En estas batallas, destacó el valeroso joven Xicohténcatl, quien mostró al ejército español su buena disciplina y organización.
Finalmente, después de la muerte de un gran número de tlaxcaltecas, y ante la posible alianza de los europeos con sus ancestrales enemigos, los tenochcas, lo que significaba su desaparición como nación, decidieron establecer la alianza con los conquistadores, ante la imposibilidad de derrotarlos.
Con el arribo de los europeos a tierras tlaxcaltecas concluye la fase Tlaxcala y la secuencia histórica conocida como época prehispánica, dando comienzo a la época colonial.
La población de San Salvador Tzompantepec, paradójicamente es el principio y el fin de la secuencia prehispánica.
Aquí surgieron las primeras aldeas sedentarias y aquí se inicia el dominio español terminando con la fase de la cultura Tlaxcala, cerrando todo un ciclo histórico, por lo que en la actualidad San Salvador Tzompantepec es el principio y el fin de la República de Tlaxcala.
Para llegar a San Salvador Tzompantepec hay que tomar el libramiento de al ciudad de Apizaco y seguir la señalética que lleva directamente al centro de la población que celosamente guarda y conserva los pasajes de su historia.